Los disruptores endocrinos son sustancias químicas que se encuentran en diversos elementos que utilizamos en nuestra vida cotidiana como lo pueden ser: el agua, botellas y envases plásticos, la ropa de montaña impermeable y ropa común, comida chatarra, cosméticos, juguetes, productos de higiene como desodorantes, filtros solares, productos de limpieza para el hogar.
Al parecer no existe un lugar del cual escaparse de ellos. Lamentablemente, se encuentran hasta en el agua de los lugares más recónditos de este planeta, en especial aquellas sustancias catalogadas como PFCs (sustancias per y polifluoradas), que son parte de la fabricación de telas impermeables y anti manchas de la ropa de montaña, calzados y sacos de dormir. El ácido perfluorooctanoico (PFOA) se cuenta como la sustancia más peligrosa de esta clasificación y está siendo estudiada su prohibición, ya que estudios demuestran que los PFCs son bioacumulables y se han encontrado en sangre y leche humana, además, en el agua.
Entre los efectos nocivos de los disruptores endocrinos se pueden contar:
- Interferencia en la función hormonal: diabetes y obesidad (causada por insecticidas neonicotinoides), endometriosis y fibromatosis uterina (causados por el pesticida DDE, el cual es subproducto del ya prohibido DDT, y por los ftatalos DEHP)
- Daños en la función reproductora: infertilidad femenina (asociadas también al DEHP) y masculina (por la exposición de pequeñas dosis de Bisfenol A en etapa de desarrollo).
- Neurodesarrollo: bajo coeficiente intelectual y autismo, por la exposición de la madre durante el embarazo a estos químicos.
- Cáncer en órganos dependientes de hormonas como cáncer de mama, testículos o tiroides, del cual son responsables diversas sustancias de esta línea.
- El daño medioambiental, ya que otras especies que reciben estos químicos por medio del agua también son afectadas, tanto en su reproducción como en su desarrollo.
¿Cuáles son los químicos que se deben evitar?
En filtros solares:
- Benzofenonas 3 y 4 (BP-3 y BP-4)
- 4 metilbenzilideno Camfor (4MBC)
- Etil exil metoxicinamato
- Metil parabeno y etil parabeno
En cremas para la piel y productos de higiene:
- Parabenos como: Methylparaben (E-218), ethylparaben (E-214), butylparaben, propylparaben (E-216).
- Cyclopentasiloxano
En chupetes y globos:
- Nitrosaminas (cancerígenas)
En botellas y bolsas plásticas, envases, platos, utensilios de cocina:
- Bisfenol A, F y S (BPA, BPF, BPS)
- Melamina
- Teflón
En ropa:
- Nonilfenol etoxilatos (NPEs) y su derivado Nonilfenol (NP)
- Compuestos per y polifluorados (CPFs) PFOA y PFOS
En diversos productos:
- Químicos en jabones antibacterianos como el Triclosán
- Ftalatos: en ropa y cosméticos, envases de distinto material
- Metales pesados: como plomo, cadmio, bromo, níquel, antimonio. Principalmente en ropa
- Formaldehído: en ropa y productos de limpieza
- Alquifenoles: en alfombras y pinturas
- Retardantes de llama: en colchones, alfombras, sillones, ropa y juguetes
- Juguetes reciclados de PVC pueden contener estos químicos
Solución: Comprar productos realmente naturales que contengan la etiqueta con los ingredientes o los materiales de elaboración. Lo ideal es utilizar el vidrio como recipiente para botellas y envases, incluso para cocinar. Puedes comprar productos de compañías que no utilizan retardadores de llama, lo cual es un poco más fácil de encontrar en cuanto a colchones y telas. Evitar las telas plásticas o comprar aquellas que cuentan con un rotulado en la etiqueta que exprese que no se utilizan dichos químicos, lo cual las compañías lo comunican felices. No utilizar productos plásticos como globos, chupetes o juguetes que no cuenten con una rotulación específica. Encontrar maneras creativas de decorar. Si se desea comprar juguetes estos pueden ser de otros materiales que no transmiten estos problemas como algodón, madera y fibras vegetales.
Catherine Ariana
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