Ya comienza una temporada de reparación celular con la llegada de las frutas más poderosas con esta finalidad. La mayoría se trata de bayas silvestres o berries como los conocemos popularmente (aunque no siempre corresponde a su clasificación botánica). Estas frutas poseen antocianinas, antioxidantes reconocidos por su función regenerativa de la visión, en especial cuando el daño se asocia a enfermedades como la diabetes. Estas bayas tienen la capacidad de ayudar a disminuir los niveles de azúcar en la sangre (glicemia), promoviendo mejor salud y regulación del peso. Ayudan a la salud cardiovascular, la función endotelial y la del miocardio. También se atribuyen propiedades anticancerígenas a las antocianinas que pueden prevenir la quimioterapia en algunos casos de cáncer, ya que estas contribuyen a la apoptosis en las células tumorales (la eliminación/el descarte de esas células dañadas).
Así también, mejoran el aprendizaje y la memoria y disminuyen la inflamación.
La antocianina se encuentra en gran cantidad en frutas comerciales como el arándano, las moras, las guindas, las frambuesas y las fresas, y en bayas silvestres de climas húmedos y fríos.
Algunas de estas frutas ya están de temporada y vendrán en mayor cantidad en verano. Así que hay muchas razones para aprovecharlas.
Fuente: "11a edición: "Nutrición en la salud y la enfermedad" de A. Catharine Ross, Benjamin Caballero, Robert J. Cousins, Katherine L. Tucker y Thomas R. Ziegler.
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