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  • catherineariana

El sol y la vitamina D

Actualizado: 4 mar


El mar azul, la playa con personas y palmeras.
Playa en Morro de Sao Paulo, Brasil.

Vivimos una época de encierro en la que es vital aprovechar cada instancia al aire libre que tengamos para poder ponernos a tono, tanto literalmente como figurativamente, con el verano. Las temporadas de primavera y verano son para cargar nuestras reservas de vitamina D, reservas que nos servirán durante la época invernal en donde poco sol hay y poca calidez como para exponer gran parte de la piel al sol. La piel es un órgano que capta la luz solar y la transforma luego en colecalciferol, que es el tipo de vitamina D más conocido. La vitamina D tiene el rol de aumentar la absorción de calcio por el intestino. Influye en la producción de serotonina, un neurotransmisor asociado al ánimo y el incentivo de hacer cosas; también al sistema inmune, ya que activa los linfocitos T en el intestino. Así también, participa en la función muscular, ayuda a disminuir el impacto de enfermedades inflamatorias. Ayuda al desarrollo del cerebro. Las carencias de vitamina D se asocian con: - Problemas con el calcio y el fósforo: si no se encuentran bien puede ocasionar enfermedades como osteoporosis. - Riesgo de enfermedades cardiovasculares. - Desequilibrio hormonal, inadecuado desarrollo de hormonas sexuales. - Sistema inmunitario: tendencia a asma, alergias, bajas defensas. - Sistema nervioso: más tendencia a depresión. - Se vincula al cáncer de colon, de próstata, en especial a cáncer agresivo de mama. Por estas razones es necesario entender al sol como un "alimento" (un componente que nutre nuestras funciones corporales) necesario como parte del desarrollo de nuestra salud. Que se debe recibir de forma directa en la piel. Una dosis diaria de sol es siempre bien agradecida por nuestro cuerpo. Saludos cordiales y que tengan un excelente verano Catherine Ariana



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